domingo, 24 de febrero de 2013

Cuando sintió que el túnel no tenía final, descubrió que todo el tiempo tuvo los ojos cerrados.


Hoy he aprendido que hay que dejar que la vida te despeine, por eso he decidido disfrutar la vida con mayor intensidad.El mundo está loco. Definitivamente loco. Lo rico, engorda. Lo bonito sale caro. El sol que ilumina tu rostro arruga. Y lo realmente bueno de esta vida, despeina:
Reírte a carcajadas, despeina.
Viajar, volar, correr, meterte en el mar, despeina.
Quitarte la ropa, despeina.
Besar a la persona que amas, despeina.
Jugar, despeina.
Cantar hasta que te quedes sin aire, despeina.
Bailar hasta que dudes si fue buena idea ponerte tacones altos esa noche, te deja el pelo irreconocible.
Siempre va a estar más despeinado la persona que elija ir en el primer vagón de la montaña rusa que el que no se suba.
Así que ahí va un pequeño consejo: entrégate, come lo que quieras, besa, abraza, baila, enamórate, relájate, viaja, salta, acuéstate tarde, levántate temprano, corre, vuela, canta, ponte guapo/a, admira el paisaje, disfruta, lee, escucha música. Y sobre todo, deja que la vida te despeine.
Lo peor que puede pasarte es que, sonriendo frente al espejo, te tengas que volver a peinar.


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